Aquí tenemos para recordar la actuación de Isabella Castillo en Anna Frank-Un canto a la vida. Es una entrevista que le hicieron mientra participaba en ese musical, a continuación podrás leer todo sobre ese momento:

Amparados bajo la candidez, dulzura y humildad de una gran estrella, nos sentamos con la tranquilidad de sabernos protagonistas de un diálogo extraordinario, gracias a nuestra interlocutora. Casi podemos arañar al tiempo su futuro, y hacerlo presente en nuestra mesa, a través de los ojos, siempre brillantes, siempre esperanzadores y, sobretodo, a través de esa sonrisa angelical que exhibe, casi sin darse cuenta, Isabella Castillo.
Algunos no pueden creer que apenas tenga trece años cumplidos, y sea capaz de refutar con tanta clase, con tanta dulzura y con tanta profesionalidad, los argumentos manidos a los críticos de siempre. Esta chica rompe moldes. Apenas ha empezado a ser conocida, y ya es la máxima promesa del futuro de los musicales, con más aptitudes que muchos de los grandes, juntos. Humilde, cariñosa, con una educación que ralla en la perfección, seguimos, hechizados por su magia, la senda de un futuro glorioso que, sin duda, se hace presente, ahora, encarnando a Ana Frank sobre el Häagen-Dazs, mañana... en todos nuestros corazones.
REDTEATRAL (R): ¿Cómo es un día normal en la vida de Isabella Castillo? Te lo digo porque lo que más sorprende es tu voz y tu actuación, la presencia que tienes en escena, pero luego te sorprendes mucho más cuando te enteras de que tan sólo tienes trece años, ¡recién cumplidos!
ISABELLA CASTILLO (IC): Bueno, pues siempre trato de despertarme muy temprano, para hacer las cosas del colegio, que es a distancia, por el ordenador. Además, los miércoles, por ejemplo, que tengo función por la mañana, siempre tengo que estar dos horas antes en el teatro, porque me tienen que preparar: maquillaje, pelo, etc. Así que, nada, hago la función y me voy a comer... Ese es mi día. ¡Aunque lo paso muy bien!
R: ¿Y cómo lo pasas cuando no tienes función? Porque, al ser menor, no puedes hacer todas las representaciones, ¿verdad?
IC: No, yo hago cinco a la semana solamente. Nunca hago doblete.
R: Claro, entonces, cuando no tienes teatro, ¿cómo te sientes?
IC: Bueno, necesito subirme al escenario. Esta semana, por ejemplo, que estuve enferma, lo he pasado fatal, porque no fui al teatro... Y cuando ya fui, el domingo, porque no podía aguantar más, a ver la función, me pasó una cosa muy bonita. Yo estaba sentada en un palco, y el chico que hace de Peter, en una canción que se la canta a Ana Frank, me la cantó a mí. Y yo estaba todo contenta, porque era como decir: ¡Dios mío!, ¡me quieren! (Risas) ¡Ah!, ¡hoy voy!, ¡hoy me toca representar! (Se le encienden los ojos con un brillo especial y una amplia sonrisa se dibuja en su rostro).
R: Ya vemos que disfrutas muchísimo del teatro pero, ¿cuáles son tus otras aficiones?
IC: ¡Me encanta cocinar!
R: ¡Ah!, ¿si? ¿Y qué plato te sale mejor?
IC: Bueno, me sale muy bien un plato americano, el “PanCake”, que aquí llamáis “tortitas con nata”.
R: ¿Y aparte de cocinar?
IC: Pues me gusta mucho bailar... pero eso ya lo hago en el teatro.
R: Claro, bailar, cantar, actuar... y ¡cocinar! ¡Oye!, en el futuro podrías montar un restaurante temático sobre los musicales.
IC: (Risas) No es mala idea...
R: Volviendo a la entrevista... me comentabas que estudias a distancia pero, ¿cómo llevas el compaginar el trabajo con tus estudios?
IC: Voy tratando de sacar huecos libres para estudiar, por la mañana, por la noche, después de la función... Poco a poco, lo voy llevando.
R: O sea que, muchas veces, después de actuar, has ido a casa a estudiar...
IC: Sí (con gesto resignado, sin abandonar su eterna sonrisa), y después de ensayar, también...
R: Bueno, y tu adaptación a Madrid, ¿cómo ha ido?
IC: Pues muy bien, me encanta esta ciudad, adoro Madrid. La gente es maravillosa, todo el mundo te habla, la comida es rebuena, hay teatros, muchos teatros...
R: Y cuando tienes trece años, y tienes tantos fans, que te esperan a la salida del teatro, te piden autógrafos, se sacan fotos contigo, te felicitan... ¿qué se siente, en ese momento?
IC: ¡Pues es muy divertido! Porque ves a toda la gente, pidiéndote un autógrafo y, claro, yo pienso: “¿Yo?, ¿que te dé un autógrafo? Pero, ¿quién soy yo para dar autógrafos?” Pero luego te lo pasas muy bien, conectas con la gente...